UNA GALAXIA COMO LA NUESTRA
Se llama NGC 891, se encuentra a 32 millones de años luz, y es
extraordinariamente parecida a la que nos acoge, la vía láctea
Mientras más
profundizamos en el Universo, más cuenta nos damos de que todo lo que contiene
es igual o muy semejante en todas sus partes. El Universo es homogéneo e
isótropo en términos generales.
Miremos donde
miremos, contemplaremos galaxias más allá de la nuestra, en número similar a
100.000 millones. Algunas de ellas espirales, otras elípticas, irregulares,
anulares, pero todas ellas compuestas de las mismas estrellas que se aglutinan
en la Vía Láctea.
Por ello, la
comunidad científica, cada vez más, centra sus investigaciones en la Vía
Láctea, una galaxia espiral, que contiene un poco de todo, pero también
busca otros modelos no muy lejanos e iguales a la Vía Láctea. Incluso hemos
localizado galaxias extraordinariamente semejantes a la nuestra, como la que
aparece en la imagen, la NGC 891, tal vez la galaxia más parecida a la Vía
Láctea. Así sería la nuestra galaxia si pudiéramos salir de ella y verla de
perfil. NGC 891 se encuentra entre los mejores ejemplos de galaxia espiral
vista de canto.
Esta galaxia
parece partida en dos por el gran contenido de polvo y gas, lugar donde nacen
las estrellas y que además tapa a las estrellas de fondo. Los nacimientos
estelares suelen ocurrir con más frecuencia en el mismo plano de las galaxias
espirales, donde se encuentra el gas y el polvo y así se muestra en la nuestra
y en el resto de galaxias del mismo tipo.
NGC 891 se
localiza a 32 millones de años luz, en dirección a la constelación de Andrómeda,
una galaxia cercana en términos astronómicos. Como nosotros estamos atrapados
en una pequeñísima región de la Vía Láctea, es imposible ver toda ella, debido
a que el propio núcleo de nuestra galaxia nos impide ver qué hay detrás de
éste, por lo que NGC 891 es una calcomanía de la Vía Láctea, que nos permite
tener una visión completa de lo que sería la nuestra. Incluso su tamaño es
exactamente igual al de la nuestra, unos 100.000 años luz de diámetro.
Si nos
encontramos en un bosque sin poder movernos del mismo lugar e intentamos
descubrir su estructura, es cosa compleja, pero si podemos ver otro bosque
lejano, pero de similares características al nuestro, podremos obtener más
datos al verlo al completo. Esto mismo pasa con las galaxias cercanas e iguales
a la nuestra. Por ello son interesantes laboratorios.
Estrellas engullidas
NGC 891 es tan
parecida, que muestra casi los mismos síntomas de la nuestra. Se ha descubierto
en esta galaxia una corriente de estrellas que cae sobre ella; se
trataría de una galaxia que está siendo engullida desde hace millones de años
por NGC 891, tal vez una galaxia enana muy deformada ya. Nosotros hacemos lo
mismo, entre otras, con la galaxia enana de Sagitario, una galaxia satélite a
la nuestra, según estudios realizados por investigadores de la Universidad
Nacional Australiana, con el Dr. Stefan Keller al frente. Esta galaxia ha sido
desgarrada y distorsionada por la potente fuerza de gravedad de la Vía Láctea,
pero sus efectos se ven mejor en otras galaxias cercanas, como NGC 891, ya que
entre otras cosas, nosotros tenemos muchos obstáculos (nebulosas, estrellas,
cúmulos estelares, el núcleo galáctico, etc), que se interponen entre la
galaxia que atraemos y nosotros. Así, es difícil contemplar estos eventos en
toda su magnitud.
NGC 891 es una galaxia
espiral barrada, como la nuestra, según los estudios hechos a través del
infrarrojo por Gilbert A. Esquerdo y John C. Barentin. Estas galaxias se
caracterizan por poseer un núcleo muy concentrado de estrellas, de donde parten
dos barras rectas en direcciones opuestas cargadas de estrellas y gas, para
luego aparecer desde sus extremos los brazos espirales que se enrollan
alrededor del núcleo y de las barras de este tipo de galaxias. La formación de
las barras en las galaxias espirales aún sigue siendo motivo de estudio.
NGC 891 además se
encuentra dentro de un cúmulo de galaxias, con menos miembros que el nuestro,
que contiene la galaxia NGC 1023, que domina el grupo, con un agujero negro
central de 60 millones de masas solares (en nuestro grupo de galaxias -Grupo
Local- domina la galaxia de Andrómeda). En el cúmulo de NGC 891 también están
las galaxias NGC 925, 949, 959, 1003, 1058, UGCs 1807, 1865 (DDO 19), 2014 (DDO
22), 2023 (DDO 25), 2034 (DDO 24), y 2259. De esta forma y por la proximidad de
estas galaxias entre ellas, podemos estudiar las influencias gravitatorias
entre unas y otras, para aplicar dichos estudios al Grupo Local de Galaxias.
Explosiones de
supernovas
En NGC 891 se han
detectado filamentos en direcciones opuestas de la galaxia que se extienden por
centenares de años luz que indican explosiones de estrellas supernovas,
tal como se han detectado en la Vía Láctea, según observaciones hechas por el
Telescopio Espacial Hubble de la NASA. Una de ellas fue descubierta por Van
Gorkom, Rupen, Knapp, Gunn el 21 de agosto de 1986 y alcanzó magnitud 14,
denominada 1986J y estudiada entre otros desde el Departamento de física y
astronomía de la Universidad de York, Toronto, Ontario, cuyas investigaciones
se basaron en la interacción de las nubes de gas que arrojó la supernova sobre
el medio interestelar y la presión que ejercía sobre el mismo. Estos estudios
son importantes pues, tras comprimir el medio interestelar y las nubes, se
crean nuevas estrellas. De hecho, esta galaxia es mucho más procreadora que la
nuestra. Es más fácil descubrir supernovas en un cúmulo de galaxia que contiene
billones de estrellas que en nuestra galaxia, que contiene 100.000 millones.
NGC 891 es una
copia de la Vía Láctea, un verdadero laboratorio, para estudiar todo lo que ocurre o pueda ocurrir
en nuestra galaxia. La búsqueda de planetas similares a la Tierra y de galaxias
hermanas a la Vía Láctea, es un reto científico que nos aproximará más al
encuentro con nosotros mismos.
Miguel Gilarte
Fernández es director
del Observatorio Astronómico de Almadén de la Plata y presidente de la Asociación
Astronómica de España.

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